España se encuentra entre los diez países de Europa con mayor tasa de divorcio. Según datos
del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en 2018 la tasa por cada mil habitantes de nulidades,
separaciones y divorcios fue del 2,1%. Dentro de estos últimos, existen varios tipos de divorcios
en nuestro país.
El proceso de divorcio, regulado en la Ley de Enjuiciamiento Civil, es el conjunto de trámites que
tiene lugar desde que la pareja rompe la convivencia matrimonial hasta que se dicta sentencia.
Generalmente, este proceso consiste en la presentación de la demanda de divorcio, junto con
el aviso al otro cónyuge, el cual debe emitir una respuesta. Posteriormente tiene lugar un
intercambio de documentos e información, un proceso de mediación y la aceptación del
acuerdo. Finalmente, se genera el acta de divorcio y, si fuera necesario, tiene lugar un juicio con
su correspondiente apelación.
Pero no todos los procesos de divorcio son necesariamente tan largos como puede parecer,
entre los que podemos distinguir tres tipos:
Índice del artículo
Divorcio ante notario
El divorcio ante notario es una opción de divorcio amistoso posible desde julio de 2015. Permite
divorciarse ante un notario o letrado de la Administración de Justicia. Para ello, es necesario
cumplir con una serie de requisitos:
- Que hayan transcurrido al menos tres meses desde que tuvo lugar la celebración del
matrimonio. - Mutuo acuerdo entre los cónyuges.
- Que no haya hijos menores o con la capacidad modificada judicialmente.
- Los cónyuges deben comparecer personalmente.
- Debe estar presente un abogado.
Es uno de los tipos de divorcio más rápido y sencillo, y más económico que los que tienen lugar
por vía judicial; siendo fundamental que haya mutuo acuerdo entre ambas partes.
Divorcio contencioso
El divorcio contencioso tiene lugar cuando ambas partes no han llegado a un acuerdo para
divorciarse. Esta falta de entendimiento puede ocurrir al comienzo, cuando una de las partes
no está de acuerdo con el divorcio y es la otra la que solicita la demanda. Sin embargo,
también es posible que ambas quieran iniciar el divorcio, pero haya desacuerdo durante la
tramitación del mismo, por ejemplo, en la liquidación de la sociedad de bienes gananciales,
custodia de los hijos, régimen de visitas o cualquier otra situación afectada por la separación.
Es el más complicado de todos los tipos de divorcio y requiere la intervención de un juez y dos
abogados. En primer lugar, una de las partes inicia el proceso de divorcio mediante una
demanda presentada por su abogado. En este primer paso el asesoramiento de un abogado es
fundamental, ya que debe indicar los pasos a seguir, las condiciones tras el divorcio y debe
abordar temas como ingresos familiares, hijos en común, bienes matrimoniales, etc. Con todos
los documentos necesarios, el abogado presenta la demanda de divorcio contencioso.
En segundo lugar, el demandado debe contestar a la demanda en un plazo de 20 días hábiles
desde el día siguiente a la notificación. A diferencia de los otros tipos de divorcio, el
contencioso requiere la intervención de un juez y cada parte debe acudir con su abogado y su
procurador. No es posible la celebración del juicio con un solo abogado y procurador. Además,
si hay hijos menores, también interviene el Ministerio Fiscal.
Durante la celebración del juicio, se abordan las pruebas y se escucha a los hijos, siempre que
sean mayores de doce años, tengan juicio suficiente, lo solicite alguna de las partes o se
considere necesario.
En último lugar, se decretan el divorcio y todas las condiciones de este, que quedan
establecidas en la sentencia que dicta el juez. La disolución del matrimonio queda registrada
en el Registro Civil.
El divorcio contencioso es el más largo y costoso económicamente.
Divorcio de mutuo acuerdo o amistoso
El divorcio amistoso es uno de los tipos de divorcio que no requiere la celebración de un juicio.
En este caso, los cónyuges están de acuerdo con la separación y cuentan con el asesoramiento
de abogados para establecer las condiciones sin necesidad de la intervención de un juez.
En el proceso de divorcio de mutuo acuerdo, ambas partes consienten que se presente la
demanda, por tanto, la presentan conjuntamente o uno de ellos lo hace con el consentimiento
del otro. Se deben seguir las indicaciones del abogado sobre la viabilidad de lo propuesto por
los cónyuges.
Una vez presentada la demanda, el juez la examina y aprueba, siempre que cumpla todos los
requisitos legales. A continuación, se cita a ambas partes, por separado, para firmar. En caso
de haber hijos menores, el Ministerio Fiscal debe aprobar que el acuerdo adoptados por los
cónyuges protege el interés de los menores.
Por último, el juez dicta sentencia y se inscribe la separación matrimonial en el Registro Civil.
Divorcio exprés
El divorcio exprés es posible en España desde su regulación en la Ley de Divorcio Exprés de
2015. Es necesario que hayan pasado tres meses desde la celebración del matrimonio, que
haya mutuo acuerdo entre ambas partes y que este acuerdo se presente en un convenio
regulador. No es necesario que las partes estén separadas antes de la solicitud de divorcio ni
alegar los motivos de este.
Este proceso de divorcio puede reducirse a un mes, lo que implica también un ahorro en
costes. Además, puede realizarse ante notario. El divorcio exprés es el más rápido y
económico.